En el exilio

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Como cristianos, creemos que llevamos la imagen de Dios en nosotros y esta es nuestra más profunda realidad. Hemos sido creados a imagen de Dios. Pero concebimos esta imagen de una forma demasiado ingenua, romantica y piadosa. Imaginamos que en algún lugar dentro de nosotros hay un bello icono de Dios estampado en nuestras almas. Puede ser, pero Dios, tal y como afirma la Escritura, es más que un icono. Dios es fuego -libre, infinito, inefable, incontenible. (Ron Rolheiser, OMI)
Ángeles con hoces y la cólera de Dios

Ángeles con hoces y la cólera de Dios

Hay un impactante texto en el Libro del Apocalipsis donde la imagen poética que se usa, a pesar de toda su belleza, puede despistar peligrosamente. El autor  escribe allí: “Así que el ángel metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedó segada. Echó las uvas en el gran lagar de la cólera de Dios”.  ¡Un fiero ángel purificando el mundo! ¡Dios en ardiente ira! ¿Cómo se debe entender eso?

Nuestra inseguridad más honda

Nuestra inseguridad más honda

¿Por qué no somos más felices? ¿Por qué estamos atrapados por frustraciones, tensiones, iras y resentimientos?

¡Nosotros primero!

¡Nosotros primero!

“Yo soy ciudadano, no de Atenas ni de Grecia, sino del mundo”. Sócrates escribió esas palabras hace más de veinticuatro siglos.  Hoy más que nunca éstas son palabras que necesitaríamos apropiarnos porque, más y más, nuestro mundo y nosotros mismos estamos sumergiéndonos en formas perjudiciales de tribalismo donde nos importa en primer lugar tener cuidado de nosotros mismos.

De armas y pacifismo

De armas y pacifismo

Los Evangelios nos cuentan que, después de la muerte del rey Herodes, un ángel se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: “Levántate. Toma al Niño y a su Madre y vete a la tierra de Israel, porque ya han muerto aquellos que atentaban contra la vida del Niño” (Mt. 2, 19-20). El ángel, al parecer, habló prematuramente; el Niño Jesús estaba todavía en peligro, está aún en peligro, está amenazado de muerte y todavía le siguen la pista, aun hoy día.

La lucha por amar a nuestro prójimo

La lucha por amar a nuestro prójimo

“La idolatría más perjudicial no es el becerro de oro sino la enemistad contra el otro”. El renombrado antropólogo René Girard escribió eso, y su verdad no se admite fácilmente. A casi todos nosotros nos gusta creer que somos maduros y de gran corazón, y que amamos a nuestros prójimos y estamos libres de enemistad hacia otros. Pero, ¿es esto así?

Una amenaza a nuestra decencia

Una amenaza a nuestra decencia

Jesús nos dice que al final seremos juzgados sobre cómo tratamos a los pobres en nuestras vidas; pero existe ya ahora, en esta vida, el peligro de no llegar hasta los pobres.

Parálisis, exasperación e impotencia  como oración

Parálisis, exasperación e impotencia como oración

Hace varios años, recibí un correo electrónico que literalmente me dejó sin aliento. Un hombre que había sido durante muchos años un guía  intelectual y de fe para mí, un hombre en el que había confiado totalmente y un hombre con el que había cultivado una amistad que daba vida, había matado a su esposa y a sí mismo en un suicidio mortal. La noticia me dejó sin aliento, paralizado por cómo entender y aceptar esto, al igual que cómo orar.

Una súplica por el alma

Una súplica por el alma

Es duro encontrar tu alma gemela en alguien que no cree que tú tienes alma. Recientemente en The Moth Radio Hour una mujer joven contó la historia de su ruptura con su novio, un joven por el que ella tenía profundos sentimientos.

Kathleen Dowling Singh, RIP

Kathleen Dowling Singh, RIP

Ninguna comunidad debería arruinar sus muertes. Esa es una sabia declaración de Mircea Eliade, a propósito de la muerte, hace dos semanas, de Kathleen Dowling Singh. Kathleen trabajaba en un centro de cuidados paliativos, era psicoterapeuta y escritora espiritual muy profunda e influyente.

Cerrad la distancia, no la puerta

Cerrad la distancia, no la puerta

Toni Morrison, autora que ganó un Premio Nobel, valorando los tiempos que corren, se hace esta pregunta: “¿Por qué deberíamos querer hacernos cargo de un extraño cuando es más fácil alejar al otro? ¿Por qué deberíamos querer acercarnos cuando podemos cerrar la puerta?” Esto no es una pregunta, es un juicio.