En el exilio

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Como cristianos, creemos que llevamos la imagen de Dios en nosotros y esta es nuestra más profunda realidad. Hemos sido creados a imagen de Dios. Pero concebimos esta imagen de una forma demasiado ingenua, romantica y piadosa. Imaginamos que en algún lugar dentro de nosotros hay un bello icono de Dios estampado en nuestras almas. Puede ser, pero Dios, tal y como afirma la Escritura, es más que un icono. Dios es fuego -libre, infinito, inefable, incontenible. (Ron Rolheiser, OMI)
El poder del miedo

El poder del miedo

El miedo es el latido del impotente. Así escribe Cor de Jonghe. Nosotros podemos lidiar con casi todo, excepto con el miedo.

Cómo madura el alma

Cómo madura el alma

En un libro profundamente agudo, La gracia de morir,  Kathleen Dowling Singh comparte impresiones que ha reunido como profesional de la salud asistiendo a cientos de personas mientras morían. Entre otras cosas, sugiere que el proceso mismo de morir -en palabras suyas- “está exquisitamente graduado para producir automáticamente la unión con el Espíritu”.

Los gritos de la finitud

Los gritos de la finitud

¿Qué es lo que más mueve tu corazón? Recientemente me hicieron esta pregunta en un taller. Me pidieron que respondiera a esta pregunta: ¿Cuándo sientes de modo natural más compasión en tu corazón?

Llorar nuestra esterilidad

Llorar nuestra esterilidad

Hace varios años, mientras dirigía un curso de verano en la Universidad de Seattle, tuve como uno de mis estudiantes a una mujer que, aun estando felizmente casada, era incapaz de concebir un hijo.

La inagotabilidad de Dios

La inagotabilidad de Dios

A muchos de nosotros -estoy seguro- nos ha impresionado la película De dioses y hombres. Cuenta la historia de un grupo de monjes trapenses que, después de hacer una dolorosa decisión de no huir de la violencia que había en Argelia en la década de 1990, son al fin martirizados por extremistas islámicos en 1996.

Leyendo pasajes difíciles de la Escritura

Leyendo pasajes difíciles de la Escritura

Un compañero mío me cuenta esta historia: Recientemente, después de presidir una Eucaristía, una mujer de la asamblea se le presentó con este comentario: “¡Qué horrible lectura de la Escritura hemos tenido hoy! ¡Si esta es la clase de Dios al que rendimos culto, entonces yo no quiero ir al cielo!”

Suicidio: redimir la memoria de un ser querido.

Suicidio: redimir la memoria de un ser querido.

Hace un año, virtualmente cualquiera que le conociera se sorprendió por el suicidio del más preminente teólogo hispanoamericano que ha habido hasta el momento; Virgilio Elizondo.  Además, Virgilio no fue únicamente un teólogo pionero muy capacitado, sino también un amado sacerdote y un cálido, confiable amigo para incontables personas.

Los ángeles y la ciudad

Los ángeles y la ciudad

Hace varios años, Hollywood hizo una película, City of angels, sobre un ángel llamado Seth, cuyo quehacer era acompañar a la  vida futura a los espíritus de los recientemente fallecidos. En tal misión, esperando en un hospital, se enamoró de una joven y brillante cirujana.

El desafío del Evangelio a gozar de nuestras vidas

El desafío del Evangelio a gozar de nuestras vidas

El gozo es un infalible indicio de la presencia de Dios, de igual manera que la cruz es un infalible indicio del discipulado cristiano. ¡Qué paradoja! Y Jesús tiene la culpa. Cuando ojeamos los Evangelios vemos que Jesús sobresaltó a sus contemporáneos de maneras aparentemente opuestas.

Entender la gracia más profundamente

Entender la gracia más profundamente

La señal de la genuina contrición no es una sensación de culpa,  sino un sentimiento de dolor, de pesar por haber tomado un giro equivocado; igual que la señal de vivir en gracia no es una sensación de nuestro propio mérito, sino un sentimiento de ser aceptados y amados a pesar de nuestra indignidad. Estamos sanos espiritualmente cuando nuestras vidas están marcadas por la sincera confesión y la sincera alabanza.

Deseo iniciado

Deseo iniciado

A veces, rezando los Salmos, me quedo atrapado mirando un poco incómodamente un espejo que me refleja mi propia aparente falta  de honradez. Por ejemplo, rezamos estas palabras en los Salmos: Por la noche mi alma suspira por ti. …Como un ciervo que anhela corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, Dios mío. …¡Por ti solo suspiro! ¡De ti solo estoy sediento!