Esperanza y coraje
“Esperanza y Coraje”…
Y, ¿por qué no personificar esas dos realidades?… Y, ¿por qué no titularlo: “Personas esperanzadas y corajudas”?… Ya sé. Suena rudo y hasta parece malsonante para ciertas sensibilidades acústicas. Sin embargo, eso es lo que mejor convendría a los contenidos de esta memoria de la Misión Popular llevada a cabo en la Diócesis San Pedro Sula (Honduras) entre los meses de Mayo y Septiembre
Niños de la calle
Lleno de rabia me pregunto una y mil veces ¿qué nos está pasando? ¿a dónde va el mundo?
Ahora que hago memoria
Iniciar el trabajo organizador de la Misión fue una aventura quijotesca, desbordante, difícil.
La mirada en Madrid. El recuerdo en San Pedro Sula
Desde esta capital abierta al mundo he dejado que afloren los recuerdos de aquella cuidad hondureña.
Lo más necesario
La misión me ha permitido vivir con austeridad, ‘ligero de equipaje’.
Algo nuevo está naciendo
‘Tengo otras ovejas que no están en este redil; también a éstas tengo que atraerlas, para que escuchen mi voz’.
Una mirada esperanzada (II)
Las cosas de Dios acaban bien. Todo estaba llamado a ser más en el Señor. Ahora sabemos que a lo sembrado él le dará crecimiento.
Un sitio para los amigos
La interminable letanía de tantas manos anónimas y menos anónimas llevaron la misión a buen puerto.
¿Por qué me abandonaste mamá?
Me sale del alma orar con dolor y volverme a ti Señor para presentarte la historia que esta tarde escuché con temblor a Vanesa.
TODAVÍA QUEDAN PROFETAS
Sin pelos en la lengua, con la voz serena, templada y valiente, un sacerdote de 51 años se atreve a decir verdades como puños, “como la copa de un pino”. Es capaz de arriesgar su vida poniendo el dedo en la llaga, llamando a las cosas por su nombre.
AÚN QUEDA PAN
El domingo 26 de mayo el templo de la iglesia de S. Juan Bautista se vistió de fiesta, alegría, cantos, ofrendas, comunión, flores, regalos, fraternidad, júbilo… y de cientos de personas que durante dos intensas semanas habían experimentado el paso del
Al lado de la vida
Desde la impotencia ante lo que veo y oigo, silencio la palabra y permanezco en oración.