El Pez
Las escenas evangélicas de Pascua giran en torno al cenáculo o a una comida. Tanto respecto a la comida que le dan los discípulos a Jesús en Jerusalén, como a la que Él les tiene preparada en las orillas del Lago de Tiberiades, se especifica que era pescado.
La alegría
La alegría de la Pascua no responde a un ciclo anual, ni al buen tiempo o despertar de la naturaleza, sino a la noticia que fundamenta la fe cristiana, la resurrección de Jesucristo, una vez para siempre.
Galilea
Volver a Galilea es volver al inicio del seguimiento, al ejercicio de memoria para recordar lo que sucedió cuando Jesús se encontró por primera vez con sus discípulos, a aquellos momentos luminosos junto al Lago de Tiberiades, a los paseos en barca, las noches al raso bajo las estrellas en un clima suave, entorno florecido, convivencia cercana con el Nazareno.
El perdón
Pascua es paso del pecado a la gracia, del rencor al perdón, de la tristeza al gozo. Pascua es paso de la duda a la fe, del resentimiento a la alabanza, del ensimismamiento a la entrega, de la soledad a la pertenencia comunitaria.
Las Escrituras
El testimonio de aquellos caminantes no es invento para buscar consuelo. No es necesidad del afecto, porque no se muera el recuerdo del que amas. ¡Cristo ha resucitado, según las Escrituras!
Las heridas
De no haber sido verdad que los discípulos del Señor habían podido tocar las huellas transfiguradas de las llagas de su Pasión, la imaginación no habría podido forjar que habían reconocido al Resucitado por esas señales.
El perfume
Los aromas son algo aparentemente superfluo, pero manifiestan la gratuidad, el amor más generoso. Jesús defendió a la mujer que lo ungió con perfumes.
Las manos
Manos que palparon, y que abrazaron. Manos que mostraron los trofeos de la Pasión. Memoria del gesto más emblemático, la fracción del pan.
Los ojos
Deseo ofreceros, mi reflexión acerca de los sentidos. Sorprende cómo, al tener presentes las diferentes narraciones de las apariciones de Jesús, se descubre la importancia que dan los Evangelios a la implicación de los sentidos.
La mujer
No se puede soslayar uno de los datos más significativos que señalan los relatos pascuales de todos los evangelios: las mujeres fueron las primeras en conocer la noticia del sepulcro vacío y de la resurrección de Cristo.
El nombre propio
Hay muchos pasajes evangélicos donde los interlocutores son anónimos. De este modo, la personalización es mayor, pues podemos imaginarnos en su lugar y vernos como destinatarios directos de las palabras de Jesús.