VIVIR CON DIOS: VIVIR COMO MARÍA
Porque ella, como primera creyente, es parangón, espejo, haz que ilumina sobre el cómo de la existencia cristiana.
Transparentar en gestos y servicios lo celebrado y contemplado.
Así, para que lo sencillo y cotidiano no llegue a convertirse en rutina, es necesario celebrar, impregnar y envolver de trascendencia la sencillez y simplicidad de todos y cada uno de los momentos del día.
Experimento el amor incondicional y cercano de Dios.
Me sé siempre habitada y acompañada por Alguien con quien me puedo comunicar a todas horas del día y de la noche.
Dios viene embozado en el susurro.
Sólo hay que estar atento, expectante. Porque sus formas de manifestación son especialmente sutiles. El no está en la tormenta ni en el terremoto.
VIVIR CON DIOS: VIVIR EN LA IGLESIA.
No hay mejor modo de comprender a la criatura que comprendiendo al Creador. Conociendo al Autor, los matices y triquiñuelas de la obra se nos aclaran.
VIVIR EN EL ESPÍRITU:
Hablamos del Espíritu porque ése es el tema; la espiritualidad, y porque es Él quien da vitalidad y unidad a cualquier cosa,
Trabajo e identidad personal
En nuestra sociedad el trabajo se ha convertido en un factor muy importante, casi el más importante, de identidad personal y social.
Profetas de la vida cotidiana
Puede ocurrir que en nuestra sociedad también existan profetas. Tendremos que estar atentos para saber buscarlos y reconocerlos.
Los sacramentos: la unción de los enfermos
Dejarse ungir es permitir que el aceite de Dios nos penetre hasta sentir que somos suyos, y así vivir como gracia lo que experimentamos como ruina.
Los sacramentos: la reconciliación
Es el abrazo que termina con la ruptura. Tan discreto y olvidado, pero tan necesario.
Los sacramentos : El matrimonio
Un hueco por el que se sigue colando la luz de Dios para todo el que tenga ojos para ver.