Oraciones y celebraciones de adviento
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Parábola de Adviento
Alguien escribió hace unos años una preciosa parábola sobre” las estaciones del espíritu”… Ya podéis suponer que se refería al abrigo que proporciona a cada creyente cada una de las estaciones del año: la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
I Jueves de Adviento
De los textos que nos ofrece la liturgia de Adviento, quedan en la memoria expresiones y palabras que invitan a despertar y disponer el ánimo, a permanecer vigilantes, atentos, conscientes ante la próxima venida del Señor.
I Miércoles de Adviento
La Liturgia nos sitúa en escenas iniciales de la vida de Jesús. En ello se descubre la pedagogía de despertar la sana memoria del momento en el que fuimos conscientes del paso del Señor por nuestra vida, el día en que sentimos la presencia interior que sació nuestra hambre y sed de sentido.
I Martes de Adviento
Al inicio del Adviento, la fiesta del apóstol San Andrés nos posibilita plantear este tiempo como tiempo propicio para difundir el mensaje del Evangelio, que no es principalmente una serie de verdades y preceptos, sino la persona de Jesucristo.
I Lunes de Adviento
No retrases tu incorporación al grupo inmenso de los que esperan al Mesías. Ten la seguridad de que Él puede entrar en tu casa en cualquier momento, si tú le dejas.
NOCHE BUENA
Que la fidelidad brote de nuestro corazón, como obsequio a la santidad de Dios que nos visita.
Parábola de Adviento
Alguien escribió hace unos años una preciosa parábola sobre” las estaciones del espíritu”… Ya podéis suponer que se refería al abrigo que proporciona a cada creyente cada una de las estaciones del año: la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
I Jueves de Adviento
De los textos que nos ofrece la liturgia de Adviento, quedan en la memoria expresiones y palabras que invitan a despertar y disponer el ánimo, a permanecer vigilantes, atentos, conscientes ante la próxima venida del Señor.
I Miércoles de Adviento
La Liturgia nos sitúa en escenas iniciales de la vida de Jesús. En ello se descubre la pedagogía de despertar la sana memoria del momento en el que fuimos conscientes del paso del Señor por nuestra vida, el día en que sentimos la presencia interior que sació nuestra hambre y sed de sentido.
I Martes de Adviento
Al inicio del Adviento, la fiesta del apóstol San Andrés nos posibilita plantear este tiempo como tiempo propicio para difundir el mensaje del Evangelio, que no es principalmente una serie de verdades y preceptos, sino la persona de Jesucristo.
I Lunes de Adviento
No retrases tu incorporación al grupo inmenso de los que esperan al Mesías. Ten la seguridad de que Él puede entrar en tu casa en cualquier momento, si tú le dejas.