El miedo a molestar : ¿delicadeza o egoismo?
El verdadero profeta, por ejemplo, está siempre entre dos fuegos. Habla a los hombre en favor de Dios; y habla a Dios en favor de los hombres.
Un Instituto de vida consagrada es una verdadera comunidad.
Una comunidad de vida-misión.
La ambición en la vida religiosa: el vicio más ‘envivionero’
Cuando no se está centrado en lo esencial, la ambición puede llegar a extremos no sólo perniciosos, sino también ridículos y hasta grotescos.
El verdadero carisma: ni solo para la persona, ni solo para la comunidad.
El carisma es un don especial de gracia, concedido por el Espíritu Santo.
Creo en Dios, ¿En qué Dios creo? Posibles y dolorosas caricaturas de Dios.
La fe cristiana es, ante todo, un don, un regalo inmerecido y gratuito. Un don que, por la benevolencia de Dios, se ofrece a todos, pero que no se impone a nadie.
Lamentables confusiones : El que no distingue, confunde.
Las palabras han dejado ya de ser, muchas veces, instrumentos de comunión y de comunicación entre los hombres, y se han convertido, con frecuencia, en medios especialmente aptos para el engaño y hasta para el chantaje.
El misterio de la obediencia de Jesús
Jesús es no sólo la personificación de la autoridad, sino también la personificación de la obediencia.
¿QUÉ ANUNCIA Y QUÉ DENUNCIA LA VIDA CONSAGRADA?
El anuncio y la denuncia, desde la propia vida y desde la palabra, es lo que caracteriza al verdadero profeta de Dios.
‘Como niños’ (Mt 18, 3)
La infancia desempeña un papel decisivo en la historia de la salvación. Tan decisivo que viene a ser la condición indispensable de pertenencia al Reino.
La conversión es un proceso
No es un acto, que se realiza de una vez para siempre, sino un verdadero proceso, que ha de durar la vida entera.
Vosotros sois mis amigos
El amigo auténtico es siempre único, pero no en el sentido de exclusivo, sino en el sentido de inconfundible.