Con la misma vida del Padre
Como del tiempo dijera san Agustín, si no me lo preguntas, sé quién es; pero si me lo preguntas, no sé qué decir.
Un viento impetuoso
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?
¿Nuevos dones para una nueva sociedad?
Como al viento al Espíritu no se le pueden poner límites. Actúa en la historia. Es Espíritu universal. Las religiones, las luchas por (ajusticia, el diálogo, la secularización, son lugares del Espíritu. Aunque se encuentre disfrazado.
06. El Espíritu: música y campana
Sobre el pequeño pueblo, a orillas del Tirón, desciende el aire del Espíritu al son del campanil ligero que «toca a gloria». Casi en volandas se lleva a las alturas la diminuta cajita blanca. ¡Un angelito más al cielo!
05. Rumor de Dios
Me atreveré a decir que del Espíritu sé, ante todo, por su «ausencia», aunque inmediatamente tengo que añadir que esa ausencia es mía y no de Él. Está en mí y vivo como si estuviera lejos.
04. Habitado, no colonizado
Cuando intento describir a quien creo que es el Espíritu, el Amor divino, me encuentro incapaz de reducirlo a una imagen totalizadora. No sé ponerle rostro. Lo percibo presencia permanente, colmando mi interior, causa de mis relaciones anteriores.
Regalo hecho persona
Es el regalo, la vida hecha don, es la gratuidad hecha persona frente a todos los esquemas sacrificiales de la vida
Invoco al Padre como Abbá
Hoy, el Espíritu me empuja a no replegarme aduciendo a senescencia incoada o escándalo ante la incapacidad que encuentro en la Iglesia para mantener la línea del Vaticano II. Acepto pues la misión, el «salir hacia» permanente del Éxodo; me pongo de nuevo
La paradójica ruah divina
Así me he encontrado yo a menudo, buscadora de palabra con la que expresar no sólo mí experiencia «pneumática», sino las experiencias de quienes en las Escrituras, en la historia de mis antepasadas y antepasados, y en la actualidad, intuyeron el paso de l
Con la misma vida del Padre
Como del tiempo dijera san Agustín, si no me lo preguntas, sé quién es; pero si me lo preguntas, no sé qué decir.
Un viento impetuoso
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?