03. Instante infinito
Una noche tuve la experiencia viva de mi muerte -en aquel momento creí que física-. Y vi mí vida entera completamente vacía. Me presentaba ante Dios con las manos vacías. No había nada que me justificara ante Él.
02. Unción secreta
Soy un misionero-itinerante y escritor, con ganas de detenerme y de callar. No estoy depresivo; estoy seducido. Me gusta referirlo así.
01. Habla por los profetas
Si estoy abierta a Él, es capaz de iluminar mi mente y encender mi corazón con una simple volada de aire, en la lluvia de la tarde, en la sonrisa o dolor de una hermana.
Poemas sobre el Espíritu Santo
Te ofrecemos 7 poemas de distintos autores sobre el Espíritu Santo
¡Ven Espíritu, Vida!
Cuando pedimos la venida del Espíritu no queremos volar al cielo, ni ser trasladados al mundo que vendrá, sólo Implica una afirmación de la vida.
¿Nuevos dones para una nueva sociedad?
Como al viento al Espíritu no se le pueden poner límites. Actúa en la historia. Es Espíritu universal. Las religiones, las luchas por (ajusticia, el diálogo, la secularización, son lugares del Espíritu. Aunque se encuentre disfrazado.
06. El Espíritu: música y campana
Sobre el pequeño pueblo, a orillas del Tirón, desciende el aire del Espíritu al son del campanil ligero que «toca a gloria». Casi en volandas se lleva a las alturas la diminuta cajita blanca. ¡Un angelito más al cielo!
05. Rumor de Dios
Me atreveré a decir que del Espíritu sé, ante todo, por su «ausencia», aunque inmediatamente tengo que añadir que esa ausencia es mía y no de Él. Está en mí y vivo como si estuviera lejos.
04. Habitado, no colonizado
Cuando intento describir a quien creo que es el Espíritu, el Amor divino, me encuentro incapaz de reducirlo a una imagen totalizadora. No sé ponerle rostro. Lo percibo presencia permanente, colmando mi interior, causa de mis relaciones anteriores.
03. Instante infinito
Una noche tuve la experiencia viva de mi muerte -en aquel momento creí que física-. Y vi mí vida entera completamente vacía. Me presentaba ante Dios con las manos vacías. No había nada que me justificara ante Él.