Pentencostés, o salir del cenáculo
El Espíritu conduce al Cenáculo, a la Casa cerrada del Encuentro. Y allí estalla en mil lenguas de fuego para modelar y transfigurar una vieja comunidad.
¡Ven Espíritu, Vida!
Cuando pedimos la venida del Espíritu no queremos volar al cielo, ni ser trasladados al mundo que vendrá, sólo Implica una afirmación de la vida.
Pentencostés, o salir del cenáculo
El Espíritu conduce al Cenáculo, a la Casa cerrada del Encuentro. Y allí estalla en mil lenguas de fuego para modelar y transfigurar una vieja comunidad.
¡Ven Espíritu, Vida!
Cuando pedimos la venida del Espíritu no queremos volar al cielo, ni ser trasladados al mundo que vendrá, sólo Implica una afirmación de la vida.
Viernes de la VI Semana del Tiempo Ordinario
Mc 8, 34-9, 1. El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.
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