MARÍA EN LA LITURGIA DE LA IGLESIA
Desde los orígenes, la Iglesia ha estado convencida de que lo que oramos o celebramos y lo que creemos como verdades de nuestra fe, son inseparables. Por otro lado, la presencia de María en la vida de la Iglesia ha sido continua; ya las primeras comuni
La Intercesión de María.
María es madre. Es La Madre por excelencia. Y esto la conviene en la intercesora por excelencia, aquella a quien nos dirigimos deforma espontánea mientras se desgrana en nuestros labios una petición de ayuda, de consuelo, de luz para nuestras vidas, sin
Madre de la Iglesia. De ella nacemos todos.
María sólo puede aparecer como madre allí donde la Iglesia resume y rehace el camino de Jesús, como espacio en que se ofrece el reino al conjunto de los hombres, en palabra de misión y en gesto de acogida abierta para todos.
MADRE DE LA BÚSQUEDA
Hay unas palabras de Jesús que parecen estar dirigidas a los hombres y mujeres de nuestra generación: «Buscad y encontraréis …porque todo el que busca encuentra» (Mt 7.7-8).
Madre de la Sabiduría.
El exceso de información, la falta de silencio, la excesiva cercanía a los acontecimientos, nos impide descubrir su sentido y, en consecuencia, elaborar respuestas creativas que nos ayuden a conducirnos de una manera más humana y satisfactoria.
Madre de la fantasía
Os invito a adentrarnos en esas hermosas fantasías marianas, que no son ensoñaciones sino formas atrevidas de presentarnos al Dios verdadero y su designio sobre el mundo.
Madre de los hijos difíciles
La familia está siempre en el candelero. Hoy se habla a menudo de «nuevas formas» de unidad familiar.
La Inmaculada en la música.
La creatura más hermosa, el espejo sin mancha, el ideal supremo de perfección que han tratado de reproducir en sus obras los artistas.
…y la Iglesia existía ya en María. «Prototipo» de la Iglesia.
Antes de que la Iglesia existiera, María personificaba y representaba todo lo que la Iglesia habría de ser y poseer.
Crucificada con Cristo
El insondable sufrimiento de María, compartió sus buenos y malos momentos, todos sus sufrimientos, hasta el mismo pie de la cruz.
Única pero nunca sola.
María es miembro eminente en la comunión de los santos, pero no deja de ser miembro, y la eminencia parecía haber ocultado la pertenencia.