María en el anglicanismo: gracia y esperanza en Cristo
Cerca de la costa este británica y a pocos kilómetros de la ciudad inglesa de Norwich, en la zona conocida como East Anglia, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Walsingham. Lo curioso de este lugar emblemático, con dos templos, es que hasta allí confluyen peregrinaciones de católicos y anglicanos para venerar a la Virgen María.
Maternidad virginal
Hoy nos detenemos en el aspecto de la virginidad. Quedó apuntado en el otro número que el apelativo “la Virgen” está muy difundido. Y lo ha estado siempre.
María, la mujer creyente
De distintos santos se ha dicho que eran dignos de admirar por sus asombrosas proezas ascéticas, pero imposibles de imitar. El Concilio enseña que la santidad de María fue, ya desde el primer instante, enteramente singular (LG 56), y añaden que fue una santidad arcana, profunda (nº 64); pero los Padres sinodales se cuidaron mucho de declarar que María es inimitable.
La madre del nuevo pueblo
Somos hijos de nuestros padres y de nuestra tierra. Por ejemplo, a un israelita siempre le acompañarán los recuerdos ancestrales de Egipto. Si habla de su Dios, inmediatamente añadirá: «Te sacó de Egipto- (Dt 5,6; Ex 20,2).
Salve Regina: contemplando a María
Con mucha frecuencia nos dirigimos a María con la tradicional “Salve Regina” o “Dios te salve, reina y madre de misericordia”. La costumbre y el ritmo del rezo nos impiden descubrir la magia que esta plegaria contiene.
Mural Santa María de Pentecostés (II)
Quien se pone cerca del fuego termina calentándose. Quien se pone bajo el fuego del Espíritu calienta a la manera de Dios. María acompaña a la comunidad naciente. En aquella sala de Jerusalén estaban pocos, pero llegaron lejos.
La Vírgen María del Cenáculo
La escena recordada en el número anterior de Iris nos situaba fuera de Jerusalén, en el Gólgota, donde la mirada de María se cruza con la de su Hijo, taladrado de clavos. Ahora nos acercamos al Cenáculo ya las fechas en que «los discípulos se dedicaban a la oración en común, junto con María, la madre de Jesús» (Antífona de entrada).
María en el anglicanismo: gracia y esperanza en Cristo
Cerca de la costa este británica y a pocos kilómetros de la ciudad inglesa de Norwich, en la zona conocida como East Anglia, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de Walsingham. Lo curioso de este lugar emblemático, con dos templos, es que hasta allí confluyen peregrinaciones de católicos y anglicanos para venerar a la Virgen María.
Maternidad virginal
Hoy nos detenemos en el aspecto de la virginidad. Quedó apuntado en el otro número que el apelativo “la Virgen” está muy difundido. Y lo ha estado siempre.
María, la mujer creyente
De distintos santos se ha dicho que eran dignos de admirar por sus asombrosas proezas ascéticas, pero imposibles de imitar. El Concilio enseña que la santidad de María fue, ya desde el primer instante, enteramente singular (LG 56), y añaden que fue una santidad arcana, profunda (nº 64); pero los Padres sinodales se cuidaron mucho de declarar que María es inimitable.
La madre del nuevo pueblo
Somos hijos de nuestros padres y de nuestra tierra. Por ejemplo, a un israelita siempre le acompañarán los recuerdos ancestrales de Egipto. Si habla de su Dios, inmediatamente añadirá: «Te sacó de Egipto- (Dt 5,6; Ex 20,2).