Es maravilloso saber que ‘donde muere el razonamiento, nace el acontecimiento’. Estar presentes en esa presencia oscura es nuestro destino y al ámbito de nuestra seguridad ya que la oscuridad de Dios es más clara que lo más claro de los hombres.
Artículos en:
Capilla de Oración
Sólo el silencio es iniciático (III)
Si la conciencia, que es fundamentalmente ‘mirada silenciosa’, no trasciende las palabras y los ritos, todo quedará sin fundamento y será verdad que quien comenzó a edificar no pudo terminar (Lc 10,40).
Sólo el silencio es iniciático (II)
Puede haber personas muy instruidas y aún no iniciadas; que lo saben todo, pero carecen de sabiduría y de aquellas condiciones elementales que hacen posible la presencia eficaz del misterio.
Sólo el silencio es iniciático (I)
‘Iniciación’ significa, sobre todo, ‘comenzar’; entrar en un ámbito de constatación, de vivencia o, tal vez, de experiencia del misterio, en nuestro caso de Dios. ‘Tú, Señor, estás cerca’, de lo contario el Dios del que hablemos será un Dios de ‘oídas’.
Un acto fundamental de sinceridad
Consentir significa aceptar lo que Dios quiera y en la forma en que lo quiera. Es aceptar su presencia oscura como un ‘acontecimiento’ en el que estoy sumergido y en el que quiero estar anegado.
Afectado por el Misterio
Cuando está ocurriendo el ‘acontecimiento’ de estar con Dios, no trates de indagar.
Algo sobre la meditación I
Aprender a meditar no es una habilidad; es más bien aprender a deshabilitar procesos aprendidos, estructurados, esclerotizados, endurecidos. Meditar es hoy un estereotipo.
Escucha el silencio
No es una broma verbal; tampoco un aforismo teológico. Es sencillamente la formulación de un modelo nuevo de estar con las cosas. Tal vez el modelo único. Desde la poesía, es captar el instante ‘al vivirlo’ y dejarlo donde está. Todo momento es silencio. Y meditar es la expresión de nuestro misterio personal.
Aproximación a la interioridad (II)
La aparente ineficacia de la oración; la aparente falta de resultados pueden provocar tu angustia y desánimo. Tú quieres ver algo; quieres sentir algo. Pero, no ves ni sientes nada.
Aproximación a la interioridad (I)
Es necesaria una reforma del hombre para que vuelva a su tratar consigo mismo y pueda sentir de nuevo el toque, la llamada de Dios que cuando llama, quiere encontrarnos ‘en casa’.
El amor en la vida del cristiano
El amor, aunque cueste trabajo, no reacciona con brusquedad ni mal genio. El amor se alegra con la alegría de lo que los demás consiguen. El amor no necesita tener el coche más llamativo, vivir en la casa más grande ni disponer de los aparatos más avanzados. El amor no siempre debe ser el jefe ni tener la Última palabra.