Una manera de vivificar nuestra identidad cristiana es viviendo ’en forma eucarística’.
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Una manera de vivificar nuestra identidad cristiana es viviendo ’en forma eucarística’.
Haz que delante de la Eucaristía, podamos aprender cuán sencilla y cotidiana es tu palabra que nos enseña.
Tú llamaste a los que quisiste para que participaran de tu sacerdocio;
no te elegimos nosotros a ti, sino que fuiste tú quien nos eligió a nosotros.
El desierto es ese espacio hostil, que obliga a la lucha tanto como a la confianza, y se convierte en pedagogía de Dios para avanzar.
Se necesitan personas capaces de echar puentes y reconciliar los espíritus.
Los Obispos de Pamplona, Bilbao, San Sebastián y Vitoria hacen pública la Carta Pastoral de Cuaresma-Pascua que lleva por título Acoger y transmitir la Palabra de Dios. Cuaresma y Pascua son tiempos de conversión.
Según la selección que hace la Iglesia de las lecturas de hoy, la santidad de Dios y la pureza de su voluntad se unen con las obras de misericordia. Dios es perfecto, santo y misericordioso.
El primer domingo de Cuaresma es clásica la referencia a las tentaciones que Jesús sufrió en su experiencia de desierto, testimonio de su naturaleza humana y acreditación para decirnos una palabra de aliento cuando nos veamos sumergidos en nuestras luchas.
Ofrecemos esta dinámica para un Vía Crucis en clave contemplativa. Está pensada para jóvenes, pero puede servir a adultos.
La Cuaresma es tiempo de volver a Dios, tiempo para celebrar la misericordia, y experimentar la bondad divina, que supera toda debilidad. En algunas iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia.
El ayuno es un ejercicio ascético, que libera el cuerpo, agiliza la voluntad, serena la mente, pacifica el corazón, despeja los afectos. El ayuno cristiano mira a Jesucristo, y desde Él, es más que negación es profecía.