Abandónate completamente en las manos de Dios con la esperanza de que el hará de ti lo que Él quiere que tú seas.
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Cuaresma
20. Ronald Rolheiser, O.M.I.: Haciendo duelo por nuestras pérdidas
Quizás el mayor reto psicológico y espiritual que tenemos cuando alcanzamos la mitad de la vida es el de hacer duelo por nuestras muertes y pérdidas.
21. Santa Teresa de Lisieux. La vocación de amar.
Deseo sufrir por amor e incluso alegrarme a través del amor; y así esparciré flores delante de tu trono.
16. Cardenal Joseph Bernardin: El valor del sufrimiento
Nuestro miedo al sufrimiento es tan fuerte que no sólo buscamos protegernos de él, sino que a veces rehuimos a otros que sufren.
17. Oración de la paz. San Francisco de Asís
Porque dando es como se recibe, olvidándose de sí mismo es como uno se encuentra, perdonando es como se obtiene perdón, y muriendo es como se resucita para la vida eterna.
18. Megan Mckenna: El ayuno que quiero
Esta cuaresma se nos invita a rebajar nuestras normas, que originalmente quiere decir bajar nuestros brazos.
Miércoles cuarto de cuaresma
El nuevo nacimiento viene del agua y del Espíritu; la gracia de la filiación divina, por adopción, se concede en el bautismo, por el que se nos permite invocar a Dios como Padre, fuente de la mayor alegría.
Martes cuarto de cuaresma
Los árboles que permanecen junto a la corriente del manantial del santuario se mantienen con fruto y no se marchitan sus hojas; quienes se acercan al Señor y beben del agua que Él nos ofrece, sacian enteramente su sed.
Lunes cuarto de cuaresma
Ante la perspectiva de la Pascua que se acerca, las lecturas de hoy siguen llamándonos al gozo. “Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo y alegría perpetua. Voy a transformar a Jerusalén en alegría” (Isa 65, 17).
Vocación Iluminada: Cuarto Domingo de Cuaresma
La Eucaristía donde recibimos una nueva lección de Jesús: Que él es la Luz que viene a iluminar nuestra vida sacándonos de las tinieblas de la ignorancia y del sin sentido.
Caminando en Cuaresma: Cuarto domingo.
Quien se resiste al perdón no llega a conocer el amor de Dios, crece en un subjetivismo nocivo, se endurece, huye del propio conocimiento, busca los defectos de los demás, se incapacita para pertenecer a la comunidad, se vuelve juez inmisericorde, se convierte en pretencioso, piensa que es invulnerable, puede llegar a enloquecer.