Señor, en este pozo, donde diste tu agua a la Samaritana, yo te pido de beber.
![El pozo de agua viva](https://www.ciudadredonda.org/wp-content/uploads/uplo/d//pozo_paraguay.jpg)
Señor, en este pozo, donde diste tu agua a la Samaritana, yo te pido de beber.
Intento ahora expresar la vivencia de otras experiencias cotidianas compartiendo otra intimidad.
Esta mujer, no ha dejado de dar vida, de ser fiel, de estar al pie de la cruz esperando la resurrección.
A los pobres les toca vivir en los márgenes, a las afueras, donde no hagan daño a la vista, donde estén más olvidados.
Pueblan los hogares, las escuelas, los campos, las calles, los barrios, los pueblos y la capital.
Ojos hambrientos de esperanza, aguardando en sus manos abiertas la comida a su tiempo que no a todos llega.
Cada vez que releo el Nuevo Testamento, me doy cuenta de que el protagonista de esos libros es un magnífico retrato del sacerdote, del cura que yo quiero.
El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
Me gusta ver al sacerdote como uno más de la comunidad que, por formación y carisma, ayuda a que crezca y vaya hacia adelante el grupo.
Ana de Felipe (economista) | Lunes 11 de Junio del 2007
Queremos es que se parezcan a Jesús de Nazaret, el único y eterno Sacerdote, que cuando estuvo en este mundo, vivió y actuó de esta manera en su relación con el Padre y con la gente.
Un hombre que se niega a admitir que el mundo sea una ’historia contada por un loco, llena de sangre y estruendo, pero carente de sentido’.