En los Centros Penitenciarios el silencio impera cuando se ve o se escucha que a alguien se le ha apuñalado o atacado.

En los Centros Penitenciarios el silencio impera cuando se ve o se escucha que a alguien se le ha apuñalado o atacado.
Dar la vida por Jesucristo y el Evangelio, siguiendo los pasos e identificándose con el Mártir por excelencia.
Todavía queda un gran grupo de hombres y mujeres empeñados en ser buenos, en hacer más habitable esta tierra, siendo ya ellos un trocito de cielo.
Es la actitud que Jesús reclamó y continúa reclamando a sus discípulos: «seréis mis testigos».
A muchas personas se les ha endurecido tanto el corazón que casi han perdido la sensibilidad para obrar el bien y no tienen fuerzas para emprender un camino de vuelta a la verdadera libertad, al amor primero.
Seguir a Jesús significa entrar en el Reino que él proclama e inaugura y ligarse a su destino.
El diálogo precisa capacidad de entrar en la experiencia religiosa del otro para comprenderla desde dentro.
Los que aún considerándose de alguna manera católicos, tienen muy poco contacto o ninguno con la Iglesia.
Expresión que ha llegado a ser de uso corriente en la Iglesia y que hace referencia a una especie de consigna lanzada por Juan Pablo II.
La Iglesia, a lo largo de su historia, ha tenido que reformular el contenido del mensaje y utilizar las lenguas e instrumentos de comunicación ofrecidos por las distintas culturas.
El Evangelio, aunque comunicado en el contexto de una determinada cultura, no se identifica con ella, sino que la trasciende, pudiendo y debiendo ser anunciado y vivido en toda cultura humana.