Amo esos ojos desnutridos y tantos pies descalzos que me han enseñado a descalzar los míos. Una iglesia, unos pueblos de alma al descubierto que intentan experimentar en sus vidas el don de la Verdad que es el Evangelio.
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Curas
La Iglesia
Esa tarea nos fatiga, pero como eso es lo que la Iglesia y los hombres de América necesitan, nos entregamos gustosos a ese desgaste silencioso de haber quemado la vida sin apenas haber hecho ruido.
Amanece
Cuando amanece, los tambos de la pena se colorean de azul y humean por el fuego de leña ya encendido en su interior.
Inundaciones
Estar, siempre y sólo estar: lo nuestro. Oidores de penas y lamentos, aunque también participantes en tantas pequeñas resurrecciones diarias de los pobres. Pero siempre y sólo eso: estar.
El calor de ahora
Mis vivencias se hacen cada vez más interiores, diría que hasta hurañas, como animales nocturnos a quienes cegara la luz.
Por el río hacia los pueblos
¡Tantas idas y venidas con Dios en la mochila! Porque Dios, solamente Él, es quien les visita eficazmente en esa agua de bautismos aparentemente sin sentido, pero asidero único para encontrar ellos salvación.
No se trata de una cuestión de liturgia
Que el Papa, Benedicto XVI, haya autorizado que se celebraran misas según el rito tridentino, o sea, a la antigua, ha provocado algunas adhesiones y bastantes reservas.
Hombres entre los hombres.
Cada vez que releo el Nuevo Testamento, me doy cuenta de que el protagonista de esos libros es un magnífico retrato del sacerdote, del cura que yo quiero.
¿QUE CURAS ESTÁN FORMANDO LOS SEMINARIOS?
Dé los Seminarios saldrán los sacerdotes que presidirán las comunidades locales de la Iglesia española. Es importante saber qué formación se está dando a los actuales seminaristas, pues de ella dependerá su futuro estilo de vida y trabajo, su forma de con
Y a vosotros, lectores de esta experiencia misionera…
Lo único que he hecho con estas ‘notas’ es ejercer de cronista de la vida. Por eso, aunque tenga que despedirme, seguid vosotros impartiendo cariño.
Alentadores de la fe de sus hermanos
El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.