El verdadero creyente es el pobre, el que reconociendo la propia limitación ha situado el centro de su existencia fuera de sí.

El verdadero creyente es el pobre, el que reconociendo la propia limitación ha situado el centro de su existencia fuera de sí.
Es una pregunta de rigurosa seriedad. Tras ella, nada volverá a ser igual. Donde los actores decían «comprender/no comprender», «ver/no ver» ahora van a empezar a decir «cargar con la cruz», «subir a Jerusalén».
Este cuaderno ofrece ayudas para unos ejercicios espirituales muy sencillos en el curso de la vida corriente. En CiudadRedonda hemos pensado proponerlos para la Cuaresma, habrá no obstante quien prefiera aprovechar este material para su retiro mensual, a lo largo del año.
Ya estás en retiro. El Señor te llama porque quiere y porque te quiere, porque lo necesitas, porque desea comunicarse familiarmente contigo a lo largo de estas jornadas. No se trata ahora de hacer, de aprender, de programar…
En tu vida ordinaria hay demasiado ruido. Todo eso que alborota fuera de ti: gritos, músicas, imágenes, palabras… Y lo que hierve dentro: los agobios y preocupaciones de cada día (¡cuántas interferencias se cruzan en ese "aparato de radio" que es tu mundo interior!).
¿Conoces al Padre? ¿Tratas mucho con el Abbá del cielo? Para Mí, él lo es todo. Al venir a este mundo dije: “Aquí estoy, oh Dios, para cumplir tu voluntad”’: Al salir de él grité: "Todo se ha cumplido", y en seguida entregué mi espíritu (y mi Espíritu), en sus manos.
De la proximidad existencial al Jesús niño y al empequeñecimiento de Dios, brotará amor a la niñez y a cada niño. Un tal amor será anticipo de aquella felicidad en la que entró por siempre Jesucristo. El mismo nos lo sigue recordando: «Quien acoge a un ni
El verdadero creyente es el pobre, el que reconociendo la propia limitación ha situado el centro de su existencia fuera de sí.
Es una pregunta de rigurosa seriedad. Tras ella, nada volverá a ser igual. Donde los actores decían «comprender/no comprender», «ver/no ver» ahora van a empezar a decir «cargar con la cruz», «subir a Jerusalén».
Este cuaderno ofrece ayudas para unos ejercicios espirituales muy sencillos en el curso de la vida corriente. En CiudadRedonda hemos pensado proponerlos para la Cuaresma, habrá no obstante quien prefiera aprovechar este material para su retiro mensual, a lo largo del año.
Ya estás en retiro. El Señor te llama porque quiere y porque te quiere, porque lo necesitas, porque desea comunicarse familiarmente contigo a lo largo de estas jornadas. No se trata ahora de hacer, de aprender, de programar…