Lo comprobamos nosotros mismos, poniendo la mano sobre nuestro corazón.
Artículos en:
El alzar de las manos
Plegaria del animador de la comunidad
Que sepa hacerte visible en el centro de mi comunidad que es la tuya.
Oración de un samaritano
Señor Jesús, gracias por haberme llamado a cuidar a mis hermanos enfermos.
En un solo barco
Uno para todos: hombres y mujeres, negros y blancos, sanos y enfermos, ateos y creyentes.
Líbrame del egoísmo
No permitas, Señor, que viva y muera con un corazón egoísta, preocupado sólo de tener yo lo necesario.
Enséñanos a desvivirnos
Ayúdanos, Señor, a acoger la vida que tú nos regalas y a cultivarla día a día.
Con la comunidad de discípulos
María les recordaba el modo de ser de Jesús, sus gestos y palabras.
Por un hermano enfermo
Señor, el que amas está enfermo, y tú vas a curarlo porque eres el médico y la medicina de Dios. Por eso te damos gracias. Sólo tú posees el secreto de la salud y de la vida.
Corredentora y Madre de la IGLESIA
El pecado, el poder del mal en el mundo nos pone a prueba. No podemos ceder, como no cedió Jesús.
Cuánta bondad en nuestro mundo
Bajo las olas agitadas del odio, cuánta bondad, Señor, y cuánto amor hay en nuestro mundo.
Un corazón cansado
Salmo de un enfermo del corazón