Curiosamente, el momento sublime en la vida de Pablo VI, cuando grita a María “Madre de la Iglesia”, acaba en oración. Y en esa oración hace un quiebro que nos sabe muy bien a toda la familia cordimariana.

Curiosamente, el momento sublime en la vida de Pablo VI, cuando grita a María “Madre de la Iglesia”, acaba en oración. Y en esa oración hace un quiebro que nos sabe muy bien a toda la familia cordimariana.
Si la vocación es confianza y disponibilidad, el Corazón de María es el modelo perfecto de una entrega que es fruto de su fe obediente, de su fiarse totalmente de Dios. Ella perseveró hasta la cruz, con un corazón audaz.
Es hora de Pentecostés, hora de Espíritu. Sé que los apóstoles te circundan, aunque no los vea. ¿No llevas a Jesús? Está en la esperanza: Pronto nos enviará su Espíritu.
Quien se pone cerca del fuego termina calentándose. Quien se pone bajo el fuego del Espíritu calienta a la manera de Dios. María acompaña a la comunidad naciente. En aquella sala de Jerusalén estaban pocos, pero llegaron lejos.
Se ha enmarcado en la Cruz todo el misterio de aquel mayor Amor que nos liberta.
También tú lloraste con lágrimas humanas sobre la tumba de un amigo.
Si de la vida de María sabemos pocas cosas, menos sabemos de la de San José. Por eso quisiera dejar volar la imaginación y meter, como si fuéramos periodistas, cámara y micrófonos, en algún rinconcito de aquel taller de Nazaret. Reconstruyamos la escena, que bien pudiera ser de un día 19 de marzo.
Celebración para la Vigilia de la Inmaculada. Oramos juntos, contemplando a la llena de gracia y madre nuestra
Aunque nos gustaría saber más cosas del Jesús que fue niño, lo que hacía, cómo aprendía, damos un salto en el tiempo para pasar a conocer detalles sobre cómo vivió María el ministerio (y el misterio) de su hijo. Nos paramos en dos escenas: las bodas de Caná y cuando su madre y sus hermanos fueron a hablar con Jesús.
El momento del Nacimiento fue especial. Cada vez que se repite el gran milagro de la vida humana sucede algo especial. Muy especial fue aquella bendita noche, la Noche Buena.
Se retoma la conversación. Después del efusivo saludo entre las primas y los consabidos qué tal estás, cuéntame todo, María se pone a cantar. Alabad al señor, que la música es buena. Con ella hablamos sobre el Magnificat.