¿Es acaso más interesante lo quebrado que lo entero, la infelicidad más bella que la felicidad?
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En el exilio
Nuestra Única Gran Fidelidad: La Eucaristía
Por lo general, hemos sido fieles y consistentes, a través de todos los siglos, a uno de los mandamientos de Jesús.
Imágenes Místicas para nuestra Búsqueda Religiosa
Hay muy pocas cosas tan potentes como una imagen poética.
La Anatomía del Sacrificio
¿Qué queremos decir cuando afirmamos que hacemos un sacrificio?
Creatividad como Respuesta a la Violencia
O somos creativos o nos entregamos a alguna especie de brutalidad.
Hay un Tiempo para Cada Cosa
‘Siento gran lealtad tanto a Cristo como a Mahoma, primero necesitamos la disciplina de Alá, después la libertad de Jesús’.
Orando para no desfallecer
Una de las razones por las que necesitamos orar es para no desalentarnos, para no desfallecer. A todos nosotros nos ocurre esto, a veces. Nos desalentamos siempre que la frustración, el cansancio, el miedo y la impotencia ante las humillaciones de la vida conspiran juntas para paralizar nuestras energías, reducen nuestra resistencia, drenan nuestro valor y nos llevan a sentirnos débiles inmersos en la depresión.
Oración: buscando profundidad
En nuestros momentos de mayor reflexión sentimos la importancia de la oración; sin embargo, tenemos que luchar para orar. No nos resulta nada fácil una oración sostenida y profunda. ¿Por qué?
Empatía hacia el Mundo
Hay una historia, más leyenda quizás que hecho real, sobre un alcalde de una gran ciudad americana, al final de los 60. No era tiempo precisamente afortunado para su ciudad: Enfrentaba bancarrota financiera, los índices de criminalidad escalaban en espiral, su sistema de transporte público ya no era seguro por la noche…
Amor Verdadero: Más que Ingenuidad y Romanticismo
Hace unos años, un ministro presbiteriano conocido retó a sus feligreses a abrir, con mayor compromiso, sus puertas y su corazón a los pobres. Los feligreses respondieron inicialmente con entusiasmo…
La Soledad, su Agonía Final en la Muerte
Cuando tenía yo 22 años, seminarista todavía, tuve el privilegio de tener una experiencia excepcional de desierto. Estuve yo en el hospital durante varias semanas, sentado con mis hermanos en una habitación de cuidado paliativo, viendo a mi padre morir.