El camino es estrecho y difícil. Y no hay atajos.
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En el exilio
La Enseñanza Económico-Social de la Iglesia
El derecho a la propiedad privada y a la riqueza privada está mitigado por un gran número de principios morales.
Espiritualidad y Sexualidad
Tanto la religión como el mundo lidian con el sexo, sólo que de manera diferente. Todos se esfuerzan y luchan.
Abriendo las Puertas del Infierno
Las puertas del infierno estaban cerradas y solamente Jesús podría abrirlas por medio de su muerte.
Viendo la Resurrección
Dios nunca domina, nunca abruma, nunca tuerce el brazo de nadie, nunca empuja tu rostro contra algo como para quitarte tu libertad. Dios respeta nuestra libertad y nunca resulta para el hombre una fuerza coercitiva.
Probando la Tiniebla del Viernes Santo
Todos nosotros tenemos nuestros propios Viernes Santos y no están desconectados de lo que sucedió en el Calvario hace dos mil años.
Oración: buscando profundidad
En nuestros momentos de mayor reflexión sentimos la importancia de la oración; sin embargo, tenemos que luchar para orar. No nos resulta nada fácil una oración sostenida y profunda. ¿Por qué?
Empatía hacia el Mundo
Hay una historia, más leyenda quizás que hecho real, sobre un alcalde de una gran ciudad americana, al final de los 60. No era tiempo precisamente afortunado para su ciudad: Enfrentaba bancarrota financiera, los índices de criminalidad escalaban en espiral, su sistema de transporte público ya no era seguro por la noche…
Amor Verdadero: Más que Ingenuidad y Romanticismo
Hace unos años, un ministro presbiteriano conocido retó a sus feligreses a abrir, con mayor compromiso, sus puertas y su corazón a los pobres. Los feligreses respondieron inicialmente con entusiasmo…
La Soledad, su Agonía Final en la Muerte
Cuando tenía yo 22 años, seminarista todavía, tuve el privilegio de tener una experiencia excepcional de desierto. Estuve yo en el hospital durante varias semanas, sentado con mis hermanos en una habitación de cuidado paliativo, viendo a mi padre morir.
Amor, Fe y Ritual
No es fácil mantener vivo el amor, al menos con constante fervor emocional. Malentendidos, irritaciones, cansancio, celos, heridas, diferencias temperamentales, falta de aprecio de lo que se tiene, y el simple aburrimiento, minan invariablemente nuestros márgenes emocionales y afectivos y, pronto, el fervor da paso a la rutina, la ranura se convierte en surco y el amor parece que desaparece.