Celebrada la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, algún descreído podría interpretar con la devoción al corazón de Jesús que en el cristianismo abundan y redundan fetiches religiosos.
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Celebrada la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, algún descreído podría interpretar con la devoción al corazón de Jesús que en el cristianismo abundan y redundan fetiches religiosos.
Brasil vuelve a ser noticia en el mundo por dos acontecimientos de alcance mundial, esta vez por el deporte, y la vez anterior por la Jornada Mundial de la Juventud. Me gustaría en estas breves palabras reflexionar sobre los dos acontecimientos mundiales, iluminándose el uno al otro.
Sobre si tenemos que cambiar las personas para cambiar el mundo a mejor, y esto de manera absoluta y primera, me parece una verdad de Perogrullo, pero es una abstracción imposible.
La pasión por el ministerio, que brota de la fe y de la seducción por Aquel a quien hago presente y visible, me lleva a identificarme con la tarea, a sentirme bien, como pez en el agua, con los jóvenes.
Una figura relevante de la Iglesia Católica, el cardenal Marc Ouellet, se refirió ayer a la "gran vergüenza" del escándalo de abuso sexual en la Iglesia, diciendo que los hechos fueron cometidos por hombres profundamente trastornados.
Son la parte de la Iglesia más libre, conciliar, dialogante y profética. Los frailes y las monjas, por su estilo de vida, sus carismas y sus opciones, están en frontera y en contacto permanente con las realidades más complicadas y duras de la sociedad actual.
Celebrada la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, algún descreído podría interpretar con la devoción al corazón de Jesús que en el cristianismo abundan y redundan fetiches religiosos.
Brasil vuelve a ser noticia en el mundo por dos acontecimientos de alcance mundial, esta vez por el deporte, y la vez anterior por la Jornada Mundial de la Juventud. Me gustaría en estas breves palabras reflexionar sobre los dos acontecimientos mundiales, iluminándose el uno al otro.
Sobre si tenemos que cambiar las personas para cambiar el mundo a mejor, y esto de manera absoluta y primera, me parece una verdad de Perogrullo, pero es una abstracción imposible.
La pasión por el ministerio, que brota de la fe y de la seducción por Aquel a quien hago presente y visible, me lleva a identificarme con la tarea, a sentirme bien, como pez en el agua, con los jóvenes.
Una figura relevante de la Iglesia Católica, el cardenal Marc Ouellet, se refirió ayer a la "gran vergüenza" del escándalo de abuso sexual en la Iglesia, diciendo que los hechos fueron cometidos por hombres profundamente trastornados.