Tu vida tenía un especial encanto para todos, más si cabe para los jóvenes. Muchas veces te declaraste feliz. No obstante, qué pocos llegaron a alcanzar tu último secreto. Cierto día lo expresaste en cuatro
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Laicos
Hacia una eclesiología de corresponsabilidad: el motor de la humildad
Hubo tres importantísimas aportaciones en aquel tiempo de gracia que fue el Concilio Vaticano II que deberían ser muy recordadas en estos momentos
El ateísmo suele ser «un mal de familia»
La mejor herencia que los padres pueden dar a sus hijos es la fe en Dios.
NARCISO YEPES (1927 – 1997)
‘No busco el éxito ni el aplauso: yo toco para Dios’
CARLO CARRETTO (1910 – 1988)
Tienes que despojar tu oración. Tienes que simplificar, desintelectualizar. Ponte ante Jesús como un pobre: sin ideas, pero con fe viva.
TERESA DE CALCUTA (1910 – 1997)
“La alegría es amor. Da más quien da con alegría”
Personas motivadas
Toda acción humana conlleva una intención. La intención o finalidad es lo último en alcanzar pero está desde el principio en la voluntad de la persona, motivándola para la acción y animándola en el proceso de la ejecución o puesta en práctica de los medios para alcanzar el fin
Por una cultura de la solidaridad
Parto del convencimiento de que los cristianos en su conjunto y la Iglesia en general, como personas que vivimos en una realidad concreta, estamos llamados a colaborar en la construcción de una sociedad más justa.
Educar el sentido social
Las personas, ya desde la infancia, deben ser educadas en el conocimiento de sus deberes de justicia, en el respeto escrupuloso de los derechos de los demás y en el deseo de trabajar en favor del progreso de la justicia.
JERÔME LEJEUNE (1926 – 1994)
“Hijos míos, sólo os puedo dejar un mensaje, el más importante de todos, y es éste: estamos en las manos de Dios”
Jerôme Lejeune (1926 – 1994)
Fuiste "en calidad de sabio biólogo una de las mayores autoridades del mundo", pero, sobre todo, "un buen cristiano del siglo XX, un hombre para quien la defensa de la vida se había convertido en un apostolado". Apóstol de la vida, ¿cabe elogio mayor?
Santa Águeda, virgen y mártir
Mc 6,1-6. No desprecian a un profeta más que en su tierra
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