Te describieron como «una casa enorme y muy cómoda, con grandes ventanas que dejaban entrar la luz del día».
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Laicos
Mahatma Gandhi (1869 – 1948)
Querido Mahatma, eras hindú a tu manera. Y también cristiano a tu manera.
Paul Claudel (1868 –1955)
Me pregunto si eras un buscador de Dios, o acaso una presa atrapada por él, como Jeremías.
Charles de Foucauld (1858-1916)
Cierto día escribiste que las vidas de los santos son una especie de comentario al evangelio. Sin imaginarlo, estabas definiendo la tuya.
Léon Bloy (1846 – 1917)
Contra Cristo o a favor de él, fuiste siempre una fiera que sabía rugir o acariciar, como todos los leones de raza.
Fedor Dostoievski (1821 – 1881)
‘Satanizado’ y ‘canonizado’; todo un signo de contradicción. Pero tú eras consciente de que importa poco el juicio que viene de fuera.
SIMONE WEIL (1909-1943)
El mundo tiene tanta necesidad de santos geniales como una ciudad invadida por la peste tiene necesidad de médicos
JACQUES LÖEW (1908 – 1999)
“Necesitaremos algunos buenos alfilerazos para desinflar nuestra vanidad, nuestro ‘yo’, a fin de que, haciéndonos pequeños, podamos descubrir a Dios”
RAFAEL LAPESA (1908 – 2001)
“Durante toda mi vida, la presencia de Dios
ha estado sobre mí, como algo feliz, algo salvador”.
Mª. Benedicta Daiber (1904 – 1987)
Mi padre repetía continuamente en mi presencia: ‘No hay Dios’, a los ocho o diez años era yo una atea consumada.
Madeleine Dêlbrel (1904 – 1964)
Tu vocación de contemplativa estaba en la calle, en el trabajo, en ese silencio que es posible descubrir en medio del ruido.