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El fulgor de la vida cotidiana.

El fulgor de la vida cotidiana.

La espiritualidad no se aprende en los libros sino que se elabora en el vivir cotidiano hecho, aparentemente, de monótonas rutinas, de contactos breves, en los que muchas veces funcionamos más que vivimos.

¿Para qué la espiritualidad?

¿Para qué la espiritualidad?

Durante algún tiempo la espiritualidad ha estado reservada a los «profesionales» de la religión. Tenía que ver con la búsqueda de la perfección. Actualmente está adquiriendo un sentido más amplio y realista. Son espirituales las personas que viven con sen

El Dios mayor

El Dios mayor

Ser creyentes en una sociedad pluralista

VIVIR DESDE EL HIJO,

VIVIR DESDE EL HIJO,

Un punto de referencia ineludible de la exis­tencia cristiana es el Jesús histórico. No podía ser de otra forma; cristiano es el seguidor de Cristo.

Inmigrantes, carne de indiferencia.

Inmigrantes, carne de indiferencia.

Tendemos a otorgar, quizás por la fuerza de la costumbre, carta de normalidad a las desigualdades más sangrantes que nos rodean.

Decálogo de actitudes.

Decálogo de actitudes.

Vivir la espiritualidad de la vida cotidiana es, al mismo tiempo, dejarse evangelizar y seguir las huellas y el estilo de Jesús evangelizador.

Contemplar: Un quehacer cotidiano

Contemplar: Un quehacer cotidiano

Lo original del cristiano no es el compromiso, ni la acción en favor de los demás, sino la experiencia de fe que hacemos en la vida y en el compromiso transformador y apostólico con los demás.

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