Desde los orígenes, la Iglesia ha estado convencida de que lo que oramos o celebramos y lo que creemos como verdades de nuestra fe, son inseparables. Por otro lado, la presencia de María en la vida de la Iglesia ha sido continua; ya las primeras comuni
Te doy gracias, María, por ser una mujer.
Gracias por haber sido mujer como mi madre,
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«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen" (Lc 8,21)
La que nos acompaña y ayuda para saber encontrar la luz de Dios en la oscura noche de nuestra vida.
Una Madre como María, entonces como ahora, hace posible dentro de la Iglesia la unidad la reconciliación y la armonía de todos sus hijos.
El Espíritu es la causa de la alegría que la inunda por completo. Sucede igual que a Jesús, cuando éste se alegraba, lo hacía en el Espíritu Santo.
Hoy nos vamos a acercar a María como educadora. Contemplándola, podemos afrontar de otro modo esta apasionante tarea de la educación.
Contemplar a María y a José es descubrir una manera nueva de vivir el noviazgo. ‘Lo que necesitas es amar… como ellos’
Supo reunir a los discípulos, con la experiencia que tenía, nos puede ahora enseñar a ser hijos de Dios y a comportarnos como tales a pesar de nuestros límites.
Hay críticos goyianos que nos meten las Majas hasta en la sopa y silencian al Goya mariano.
Sabes muy bien que si brota de ti un pequeño gesto de entrega es porque Alguien se te entrega todos los días sin reservas.