Según la leyenda, en el año 473 dos patricios de Constantinopla llevaron los vestidos de la Virgen a Jerusalén. Este acto se llama Rizpolozenie en eslavo, y Katathesis tes estëtos tou Theotokou en griego.

Según la leyenda, en el año 473 dos patricios de Constantinopla llevaron los vestidos de la Virgen a Jerusalén. Este acto se llama Rizpolozenie en eslavo, y Katathesis tes estëtos tou Theotokou en griego.
En el curso de los siglos esta representación ha sufrido transformaciones importantes. El episodio bíblico de Moisés ente la zarza ardiente se convierte en una composición geométrica que evoca tan sólo indirectamente el título.
Qué es un discípulo cristiano? Un discípulo o discípula es aquella persona que ha sido atrapado por Cristo Jesús -como confesaba Pablo- o seducido, como ya antes había dicho Jeremías: “me sedujiste Señor, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podi
Mujer alegre en su servicio, dócil a la voz interior; fuerte para la activa propagación de la palabra de Dios, como fermento en la masa, como luz sobre el candelero; siempre nos lleva a la luz
La Virgen aparece generalmente sentada; el Niño, en cambio se abraza o estrecha a Ella, mejilla a mejilla, y con uno de los dos brazos rodea su cuello, acariciando con su mano el mentón o el rostro, como confidencia amorosa con su Madre.
Virgen Ierusalimskaia – la Madre se inclina hacia su Hijo y lo mira, el Niño corresponde a esta mirada con la suya, alzando la cabeza
«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen" (Lc 8,21)
La que nos acompaña y ayuda para saber encontrar la luz de Dios en la oscura noche de nuestra vida.
Una Madre como María, entonces como ahora, hace posible dentro de la Iglesia la unidad la reconciliación y la armonía de todos sus hijos.
El Espíritu es la causa de la alegría que la inunda por completo. Sucede igual que a Jesús, cuando éste se alegraba, lo hacía en el Espíritu Santo.
María es madre. Es La Madre por excelencia. Y esto la conviene en la intercesora por excelencia, aquella a quien nos dirigimos deforma espontánea mientras se desgrana en nuestros labios una petición de ayuda, de consuelo, de luz para nuestras vidas, sin