La mala alimentación y la obesidad, afectan cada vez a más menores, se están planteando incluso la catalogación de la obesidad en los países desarrollados como "epidemia no contagiosa".

La mala alimentación y la obesidad, afectan cada vez a más menores, se están planteando incluso la catalogación de la obesidad en los países desarrollados como "epidemia no contagiosa".
La Fe es un don, pero el transmitirla es cosa nuestra, nuestra obligación como padres. Se transmite por la palabra y por el ejemplo en casa, en el día a día.
Para poder vivir una auténtica relación de amor, se requieren algunas actitudes previas y fundamentales. Son punto de partida para una relación de amor constructiva y personalizada.
La relación de amor entre los cónyuges tiene una dimensión de fascinación. El tiempo fundante es fascinante. Es un tiempo de descubrimiento del otro, del descubrimiento de sí mismo/a gracias a la mirada de amor del pretendiente.
Esta, experiencia la puedes realizar a solas o en grupo, sugerimos que se haga en familia. No te sorprendas si te brota la alabanza al Creador, suele ocurrir cuando uno descubre el milagro de la vida.
Es esta una pregunta para analizar la relación. Es aplicable tanto a la relación conyugal, como a la relación de amistad, como a la relación fraterna y comunitaria. ¿Qué es lo que realmente nos mantiene unidos?
Está cerca el la fiesta de la Sagrada Familia. Retorna cada año en Navidad. Los ojos se fijan en una familia peculiar a la que llamamos sagrada. Nos recuerda episodios de Belén y Nazaret, situaciones de asombro, incertidumbre y amenaza.
En la realidad de la vida, prevale el número de personas buenas y amorosas, generosas y serviciales. Hay mucha gente que se siente feliz haciendo el bien a los demás.
Según señalan las estadísticas del Instituto Nacional aumentan las matrimonio civiles; disminuyen los canónicos. La proporción es ya de 6 a cuatro. Y la tendencia va en aumento. Sucede que también aumentan los divorcios, el número de parejas de hecho. Y al mismo tiempo desciende la nupcialidad.
En una cultura bastante emocional como es la nuestra, suena bien la palabra ternura. Se asocia a una constelación de experiencias gratificantes. Se trasponen los significados inmediatos a la dimensión religiosa.
Me cuentan que una mujer casada abandona a su marido y a sus hijos. Y da esta explicación: “quiero ser feliz”. Resulta sorprendente. ¿Quién no quiere ser feliz? Yo quiero ser feliz. Aspiro a ello.