Hay miles y miles de parejas que son fieles toda la vida, que se enamoran, que se unen, que se acompañan, que se desafían, se perdonan, se reconcilian, que se cuidan y se reconocen, que hacen el amor y construyen la relación de amor.

Hay miles y miles de parejas que son fieles toda la vida, que se enamoran, que se unen, que se acompañan, que se desafían, se perdonan, se reconcilian, que se cuidan y se reconocen, que hacen el amor y construyen la relación de amor.
En nuestros días se han modificado las expectativas con respecto a la vida misma, a lo que se pide y se espera de ella. Falta romanticismo y sobre pragmatismo.
Hay lugares que tienen gracia. Y me refiero a la gracia como disfrute. Y a la gracia como donación humana y divina. A la relación matrimonial cada persona va con su propia historia individual, y también con sus afanes, sus sueños, expectativas, aspiraciones.
El ingrediente más importante de todo matrimonio feliz es la destreza de la comunicación. Y es que sin comunicación es imposible el conocimiento del otro, del mismo modo que sin esta tampoco es posible que se de el amor.
Hace ya muchos años que Nicola di Bari se sentía el último romántico cantándole a la luna. Hoy día surge con insistencia la pregunta: ¿Están llegando a su fin las generaciones del amor romántico?
Querido Jesús crucificado : hoy te escribo esta carta, Quiero expresarte mis sentimientos. Con frecuencia me siento rabioso; en otros momentos siento fuertes temores. También vivo sentimientos de mucha pena. Constato que algunos quieren quitar tu recuerdo/símbolo de los espacios públicos.
Y escribo redención con minúscula. Me refiero a las pequeñas liberaciones. El amor del cónyuge es liberador. Libera de la pandilla cuando se singulariza la mirada amorosa. Libera de la soledad y la incertidumbre.
“Voy por el tercer matrimonio” así se expresa un alto ejecutivo en una conversación a través de la radio. Al parecer se trata de un ejecutivo de éxito; que orienta a otros a tener más éxito profesional.
Vivimos en la sociedad de la información; la comunidad virtual tiene cada vez más extendido influjo en la configuración de nuestras referencias, relaciones y emociones. Lo que no sale en las redes sociales, parece que no existe.
El amor conyugal para ser realmente signo sacramental tiene que tener ciertas características: consciente y libre, capaz de donación, entre hombre y mujer, fiel, total, fecundo.
Mi última lección va a ser un repaso a las ideas en torno a las cuales ha girado la educación que tu madre y yo hemos querido daros a ti y a tu hermana. La voy a acompañar del testimonio de algunas personas que han sido importantes en nuestras vidas.