Ven, luz verdadera.
Ven, vida eterna.

Ven, luz verdadera.
Ven, vida eterna.
Leo en el anuncio reciente de un whisky: «La acción está allí donde estás tú». Puede que resulte Irreverente, pero mi experiencia del Espíritu coincide bastante con esa afirmación
Él me ha hecho Iglesia en el Bautismo, me ha fortalecido para el testimonio en la Confirmación, hace posible con su virtud la transformación de los dones eucarísticos en los cuales se me da Cristo mismo, Él borra mis pecados, me ha instituido ministro en
Es el regalo, la vida hecha don, es la gratuidad hecha persona frente a todos los esquemas sacrificiales de la vida
Hoy, el Espíritu me empuja a no replegarme aduciendo a senescencia incoada o escándalo ante la incapacidad que encuentro en la Iglesia para mantener la línea del Vaticano II. Acepto pues la misión, el «salir hacia» permanente del Éxodo; me pongo de nuevo
Así me he encontrado yo a menudo, buscadora de palabra con la que expresar no sólo mí experiencia «pneumática», sino las experiencias de quienes en las Escrituras, en la historia de mis antepasadas y antepasados, y en la actualidad, intuyeron el paso de l
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?
ven, oh consolador buenísimo del alma que sufre…
Ven, luz verdadera.
Ven, vida eterna.
Leo en el anuncio reciente de un whisky: «La acción está allí donde estás tú». Puede que resulte Irreverente, pero mi experiencia del Espíritu coincide bastante con esa afirmación
Él me ha hecho Iglesia en el Bautismo, me ha fortalecido para el testimonio en la Confirmación, hace posible con su virtud la transformación de los dones eucarísticos en los cuales se me da Cristo mismo, Él borra mis pecados, me ha instituido ministro en