El evangelio fue para Pablo causa de innumerables sinsabores, la mayoría de los cuales los podemos sólo imaginar.
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Rincón de la Palabra
Dios me manifestó a su Hijo para que lo anuncie.
No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a los afanes y correrías evangelizadoras de Pablo de Tarso.
Jesús, experto en sufrimiento.
Jesús también pasó por la experiencia del dolor. No lo buscó directamente. Lo tuvo que sufrir como consecuencia de su lucha por el Reino.
Un gran profeta se ha levantado entre nosotros
En los medios tradicionales del catolicismo popular, entre las categorías de personajes religiosos que se salen de la fila, figuran los profetas. Los profetas, prehistoriadores del futuro, superan la barrera del tiempo y cuentan lo que está por ver.
La practica evangelizadora de Jesús.
En la dinámica evangelizadora de hoy existe una marcada tensión entre la doctrina y la praxis. Hay quien insiste en la necesidad de las ideas claras, hay quien acentúa la dimensión de vivencia, sentido, compromiso.
La Iglesia de los pobres.
Jesús anuncia el triunfo y la eficacia de los pobres, los últimos de la sociedad. Todo se ha invertido. La muerte de Jesús (el fracaso del pobre) viene a desvelarse como triunfo de la nueva humanidad.
Buena Nueva en tiempos de crisis.
En nuestra sociedad son frecuentes las ‘confrontaciones’ entre las personas, ocasionadas por circunstancias y situaciones de índole diversa.
Pablo y los auténticos profetas
Pablo cree que ha sido destinado desde antes de su nacimiento para ser un vocero de Dios, y en particular para comunicar la palabra de Dios a las naciones, es decir, a los paganos.
Pablo, revestido de Cristo.
Cristo crea una nueva identidad humana en la que mueren efectivamente otros signos de identidad humana.
Pablo, el evangelizador perseguido (2)
Pablo es perseguido por predicar el escándalo de la cruz, no por predicar la obligatoriedad de la circuncisión.
Pablo, el evangelizador perseguido (1)
Figura impregnada y determinada por el evangelio que, de forma clara o solapada, se halla siempre bajo el signo de la persecución.