Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.
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Semana Santa
Meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo – 2009
Redactadas por monseñor Thomas Menamparampil, SDB, arzobispo de Guwahati, región de la India en la que la Iglesia ha sufrido en el último año la persecución religiosa
Vía Crucis de la solidaridad
ecesitamos aprender a ser granos de trigo, semillas que sepan sepultarse para dar el fruto del servicio, de la fraternidad, de la solidaridad, del nuevo mundo que soñamos.
¿Por qué participar en la Semana Santa?
Un grupo de jóvenes peruanos comparten, en un video, sus motivos para vivir la Semana Santa.
Del gemido al salmo: oración y grito
El sufrimiento nos pone en diálogo con nosotros mismos y con Dios. Lo que primero vivimos como dolor, miedo y gemido, se torna para el creyente en oración, comprometiendo así en el sufrimiento al mismo Dios.
SOBRE LAS TINIEBLAS DE LOS CORAZONES BRILLA SU LUZ
Meditaciones para la noche del Sábado Santo
Martes Santo. Oraciones para Semana Santa
Corta con mi vida anterior, radicalmente, para que sea posible en mi el comienzo de una vida nueva. Ayúdame a poner entre lo anterior y lo que viene una muerte necesaria.
Lunes Santo. Oraciones para Semana Santa
Tu cruz adoramos, Señor, y veneramos tu pasión gloriosa. Ten piedad de nosotros, tú que has muerto por nosotros.
Domingo de Ramos. Oraciones para Semana Santa.
Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.
Meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo – 2009
Redactadas por monseñor Thomas Menamparampil, SDB, arzobispo de Guwahati, región de la India en la que la Iglesia ha sufrido en el último año la persecución religiosa
Vía Crucis de la solidaridad
ecesitamos aprender a ser granos de trigo, semillas que sepan sepultarse para dar el fruto del servicio, de la fraternidad, de la solidaridad, del nuevo mundo que soñamos.
La Presentación de la Bienaventurada Virgen María
Lc 19,41-44. ¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!
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