Hemos venido para oír tu voz que resuena como un grito silencioso en el corazón de todos los seres.
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Hemos venido para oír tu voz que resuena como un grito silencioso en el corazón de todos los seres.
Dios se hacía grande, en el cuerpo de un pequeño gran hombre, que tenía una madre joven, guapa, y dispuesta.
Dame, Señor, una mirada limpia, capaz de alcanzar tu luz a través de la noche.
Tú eres el Verbo eterno, el Hijo de Dios vivo, la Palabra hecha carne, la plenitud de la revelación.
Señor Jesús, tú eres el Verbo de Dios hecho hombre que habita entre nosotros.
Que María se autodefina como la ‘esclava del Señor’ puede sonarnos a actitud regresiva e inhumana… ¿O aludirá a otra cosa?
Ojos que arden como lámparas votivas alumbrando el más profundo centro de nuestra alma.
Una bella y sencilla oración para recitar antes de la ‘Lectio Divina’
Gracias por ser como eres: pobre, sencilla, entregada, misericordiosa.
Líbranos, de las interferencias de nuestro egoísmo para que vivamos abiertos interiormente al evangelio de Jesús.
Hablar del Corazón de María es hablar de algo muy entrañable e íntimo, que forma parte imprescindible de nuestra común experiencia de fe.