El problema de la interioridad es básicamente un problema de fe, es un problema de «hambre de Dios».
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El problema de la interioridad es básicamente un problema de fe, es un problema de «hambre de Dios».
La soledad se resuelve fundamentalmente desde el corazón; desde la conciencia cierta que da la fe, de que Dios está conmigo.
La oración es toda una relación de amor que nos levanta sobre nosotros mismos. En ella se recupera a Dios; se recupera el alma y la armonía de la persona ‘entera’
El hombre hoy es profundamente anticontemplativo. Le agobia su propia búsqueda de placer; el activismo el afán de competir, la ansiedad, el deseo de tener imagen, la carencia de ‘transcendencia’, la muerte y la ‘eliminación’ del misterio.
INTRODUCCIÓN:
La oración hecha con los músculos tensos, no puede ser una oración recogida
Y es que la persona se perfecciona en la unión por amor y en la adoración en la que realiza toda su capacidad religiosa.
El quebrantamiento del hombre exterior, el hombre viejo, es la experiencia básica de todos los que sirven al Señor. El camino del servició está en el quebrantamiento, en aceptar la disciplina del Espíritu.
Existe un afán por aprender doctrinas y nociones. Sin embargo tal interés puede ser una forma de codicia que dificulta el camino en lugar de despejarlo; no siempre tener una calidad de discípulo es aceptable.
El contacto cuando no lo niegan las distracciones voluntarias, permanece, aun en el fondo de las distracciones.
Aunque formulado con una paradoja, que parece acentuar lo negativo, es un alto modelo ‘positivo de aprendizaje.